No es lo que parece. Puede dar una imagen tierna de placidez total. La realidad es que después de pasarse toda la mañana y parte de la tarde corriendo,
mordisqueando las plantas,
enredando y no dejando en paz a la pobre Canela, Indy ha caído rendido de puro agotamiento.
¡Que lejos están ya los tiempos de
"La emboscada en el cajón de arena".
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