Ya sé que el título del post parece una perogrullada por lo evidente. Os lo aclaro. Hoy llego a Barcelona en coche y
al entrar la ciudad me parece triste y gris. Sin embargo, media hora antes junto al mar,
esa misma luz que podía resultar fea al incidir sobre edificios y autos embotellados
me había parecido preciosa.
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